La mayoría de los franceses cree que el jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, es “víctima de un complot” en la acusación que enfrenta por un presunto ataque sexual, indicó una encuesta.
El sondeo de la firma CSA fue publicado este miércoles en Francia, después de que algunos políticos y medios locales sugirieran desde el domingo que Strauss-Kahn pudo haber caído en una trampa en Nueva York.
La teoría del complot se basa en datos, hipótesis y conjeturas diversas, incluido un comentario atribuido al propio Strauss-Kahn advirtiendo, antes del escándalo, sobre la posibilidad de que fuera acusado falsamente de violación.
Pero, según expertos, también se alimenta de la falta de datos precisos sobre lo que ocurrió en el hotel de Manhattan donde surgió la denuncia y del ritmo con que se propaga la información en los tiempos actuales.
“La sociedad francesa, como las sociedades occidentales en general, es súper mediática y la menor información -verdadera o falsa- la atraviesa con una velocidad increíble”, explicó a BBC Mundo Pascal Froissart, experto francés sobre la teoría de los rumores.
“Psicología colectiva”
Strauss-Kahn enfrenta siete cargos en su contra en Nueva York, incluido intento de violación de una trabajadora de 32 años del hotel donde se alojó antes de ser arrestado.
“Esto pone de manifiesto la negación de los franceses por el escándalo: no quieren creer”
Jérôme Sainte-Marie, encuestadora CSA
Sin embargo, la acusación ha sido negada por los abogados defensores de director del FMI que, hasta el fin de semana, era considerado favorito para vencer al presidente francés Nicolas Sarkozy en las elecciones de 2012.
La encuesta publicada por los medios franceses RMC, BFM-TV y 20 Minutes, indica que un 57% de los franceses creen que hubo un “complot”, contra el 32% que rechaza la idea.
El sondeo realizado telefónicamente el lunes es interesante desde el punto de vista de la “psicología colectiva” de los franceses, indicó el director del departamento político de la encuestadora CSA, Jérôme Sainte-Marie.
“Esto pone de manifiesto la negación de los franceses por el escándalo: no quieren creer”, indicó. “Es una reacción caliente y este sentimiento de incredulidad podría desaparecer a lo largo de la investigación (judicial)”.
“Me gustan las mujeres”
Las teorías sobre un supuesto complot contra Strauss-Kahn surgieron de forma casi inmediata tras su detención el fin de semana en Nueva York cuando estaba a bordo de un avión de Air France que debía llevarle a París.
Pero cobraron fuerza después que el diario francés Libération publicara el lunes una entrevista “fuera de micrófono” que algunos de sus periodistas habían tenido con el jefe del FMI el 28 de abril en un restaurante de París.
Según el periódico, allí Strauss-Kahn se mostró inquieto sobre la posibilidad de ser vigilado y recibir “golpes bajos” de parte del ministro francés del Interior, Claude Guéant, hombre de confianza de Sarkozy.
Strauss-Kahn evocó en esa charla los principales desafíos que veía para su futuro político: “El dinero, las mujeres y mi judaísmo”, dijo de acuerdo al diario.
“Sí, me gustan las mujeres, ¿y qué?”, preguntó Strauss-Kahn según la crónica. Y dijo que desde hacía tiempo se hablaba de supuestas fotos de él en orgías que nunca vio aparecer.
También recordó un encuentro que tuvo con el presidente francés en un baño durante una cumbre internacional en la cual le reclamó que dejara de “ensuciar su vida privada”, agregó la crónica.
“En su afán de posar en víctima, Strauss-Kahn comenzó a imaginar ‘una mujer violada (supuestamente por él) en un estacionamiento y a la que han prometido 500.000 o un millón de euros para inventar tal historia'”, indicó Libération.
“Una víctima”
La posibilidad de que a Strauss-Kahn le hayan tendido una trampa también ha sido manejada por dirigentes políticos franceses.
“No podemos excluir la posibilidad de una trampa”, declaró el ministro francés de Cooperación, Henri de Raincourt, el mismo domingo en que Francia descubría la noticia del arresto del jefe del FMI.
“Posiblemente le tendieron una trampa a Dominique Strauss-Kahn y cayó”, afirmó por su parte la líder del partido Demócrata-Cristiano francés, Christine Boutin.
Pero la idea de una conspiración parece haber calado especialmente entre los franceses de izquierda.
La encuesta de CSA indicó que siete de cada diez simpatizantes socialistas creen que Strauss-Kahn es víctima de un complot.
“En este caso, sabemos que hay una víctima, pero no sabemos aún si esa víctima es la demandante o el acusado”, declaró este martes el jefe de la bancada socialista de diputados, Jean Marc-Ayrault.
Michelle Sabban, una dirigente socialista próxima a Strauss-Kahn, declaró estar “convencida de un complot internacional” en este caso.
“Es al FMI que quisieron decapitar y no tanto al candidato de la primaria socialista”, elaboró Sabban en declaraciones a la agencia de noticias AFP.
“Todos los ingredientes”
Esta actitud contrasta con la reacción de miembros del gobierno francés, que han advertido sobre la gravedad de las acusaciones contra Strauss-Kahn.
El primer ministro francés, François Fillon, dijo el martes que si la denuncia se confirma será “un acto muy grave para el cual no puede haber ninguna excusa”, según informaron medios locales.
En una aparente alusión al escándalo, Sarkozy reclamó el martes “sangre fría” durante una reunión con miembros de su partido de centro derecha Unión por un Movimiento Popular (UMP).
También hubo representantes de izquierda que rechazaron la idea de una conspiración. “No creo en estas teorías”, declaró por ejemplo el senador socialista François Rebramen.
Pero Froissart, autor de diferentes libros sobre los rumores informativos, sostuvo que la idea de un complot es “una táctica de defensa”: cuestionar la legitimidad del caso antes de que la justicia aclare los hechos.
A su juicio, el caso tiene “todos los ingredientes” para dar pie a teorías conspirativas, incluida la idea de que los complots a ese nivel de poder son posibles y todas las preguntas sin respuesta que aún rodean el escándalo.
“Por el momento no tenemos nada más para reflexionar: no sabemos nada, hay muy pocos detalles”, dijo Froissart, profesor en la universidad París VIII. “Hay que dejar a la maquinaria judicial funcionar para discutir luego”.