Por Marino Ramírez Grullón

awildaLa mención de jueces, políticos, sindicalistas, empresarios y hasta periodistas en casos calificados de irregulares, por no decir corrupción explica porque el país va a la deriva.
Esto sucede mientras en medio de una campaña electoral tenemos media docena de candidatos presidenciales y cientos de aspirantes a senadores, diputados, alcaldes y regidores.
Esta gente en su mayoría solo promete resolver problemas que debieron estar solucionados hace años pero que siguen latentes entre la ciudadanía como si el tiempo no hubiera pasado.
No es posible que en un país con un crecimiento económico de más de un 6% como dicen algunas instituciones gubernamentales todavía la población proteste por falta de agua potable, arreglo de calles, falta de energía eléctrica o reclamo de medicinas en los hospitales.
En este solar es que vivimos donde se discute públicamente el manejo deshonesto de jueces en casos de crímenes y delitos penales, donde lo que se denomina corrupción abarca casi a todos los sectores de la sociedad.
Esta deriva en que vamos cayendo como Nación podría tener un final infeliz como ha sucedido en algunos países amigos donde improvisados políticos populistas sustituyen a los que se hacen llamar profesionales del ramo pero que ocupando puestos públicos solo han resuelto sus propios problemas.
Fíjense que en este último caso de los jueces suspendidos, renunciantes y demás yerbas aromáticas están implicando sectores sociales y profesionales que anteriormente no eran parte de la manzana de la discordia.
Nada que decir del narcotráfico, lavado de activos con participación de grupos policiales y militares, esto es pan de cada día en el afán de acumular fortuna con el mínimo esfuerzo, siempre aliándose a la delincuencia.
Vamos por mal camino y tal parece que a poca gente le importa esto.
Creo que el Estado Dominicano debe fortalecer la justicia y su aplicación sin importar sectores involucrados de lo contrario no terminaremos bien.
Agréguele la intervención directa aunque no por primera vez de diplomáticos extranjeros trazando pautas sobre lo que se debe hacer con algunos temas nacionales.
Hay que recordar que la responsabilidad de un partido o de un Presidente no es solo gobernar con su equipo sino dirigir para toda la sociedad, no para un grupo cuyo interés es estar en nómina sin importar los problemas nacionales que atañen a todos.