Trump tenía previsto hacer declaraciones a la prensa al recibir a Al Serraj, hacia el mediodía de Washington, pero la Casa Blanca canceló poco antes la comparecencia de ambos líderes.

La oficina de Trump no explicó el por qué de esa cancelación, pero la reunión se produjo poco después de que Michael Flynn, exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, se declarara culpable de haber mentido al FBI sobre sus contactos con rusos, y el mandatario podría haber querido evitar preguntas al respecto.

La Casa Blanca adelantó este miércoles, al anunciar la visita de Al Serraj, que Trump planeaba reafirmar durante la reunión “su apoyo” al Gobierno de acuerdo nacional apoyado por la ONU.

Además, los dirigentes planeaban abordar la “cooperación contra el terrorismo y formas de expandir los contactos bilaterales en varias áreas”, según la Casa Blanca.

Libia es un Estado fallido, víctima del caos y de la guerra civil, y desde 2014 está dividido en dos, con una autoridad en el este, bajo el control del Parlamento en Tobruk y la tutela del mariscal Jalifa Hafter, y otra en Trípoli, respaldada por la ONU y representada por Al Serraj.

Ese líder libio se reunió también hoy con el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, quien le expresó el “completo apoyo” de Washington a su Gobierno, además del compromiso de “ayudar al pueblo libio” a lograr “un futuro más estable, unificado y próspero”.

“El secretario Tillerson y el primer ministro Al Sarraj conversaron sobre la necesidad de que todas las partes libias e internacionales respalden el plan del enviado especial de la ONU para Libia, Ghassan Salamé”, dijo la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.

Ese plan busca “impulsar el proceso nacional de reconciliación nacional y sentar las condiciones para que Libia convoque elecciones nacionales exitosas”, precisó.

“Estados Unidos sigue urgiendo a todas las partes libias a relacionarse de forma constructiva con la mediación del enviado especial Salamé”, incluido en la negociación de “enmiendas al acuerdo político libio”, que es “la única solución política viable” a la crisis en el país, indicó la portavoz.

“Los intentos de esquivar el proceso político facilitado por la ONU o imponer una solución militar al conflicto solo desestabilizarán a Libia y crearán oportunidades para que ISIS (siglas en inglés del Estado Islámico, o EI) y otros grupos terroristas amenacen a EE.UU. y nuestros aliados”, agregó.

Tillerson también agradeció a Al Sarraj su “férrea alianza” con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo y “la derrota del Estado Islámico”, concluyó Nauert.