Por Marino Ramírez Grullón

Marino-RamírezDe repente y como si  todos los proyectos no aprobados en cuatro años se necesitaran, el Congreso Nacional por medio de sus legisladores ha iniciado un festival de discusión y aprobación leyes que más que alegría originan suspicacia entre la población.

Ya pasó con le Ley de Notariado cuyo contenido fue tan controversial que terminó siendo criticada por sectores importantes de la justicia, ahora toca a la Ley de Reforma Policial que aunque esperada algunos cuestionan su contenido.

Es que la improvisación no es buena y en el Congreso Nacional se vive en eso cada día como si nuestros legisladores no tuvieran la experiencia que demuestran en su quehacer político en cada periodo electoral.

Otras leyes han sido evacuadas recientemente por el Congreso que termina el próximo 16 de agosto, se espera que surjan más próximamente.

Cientos de proyectos entre ellos los códigos de justicia duermen el sueño eterno desde hace más de 15 años en las cámaras legislativas esperando la sanción positiva legislativa.

De más está decir que cada senador o diputado tiene asesores para que les elaboren propuestas de proyectos de leyes y cada cámara también cuenta con expertos en la materia para tales fines.

Sin embargo nada surge sólo en periodo de transición inicia la repartidera de leyes que con el tiempo resultan hasta frustrantes para los dominicanos que seremos víctima de sus aplicaciones.

Al echarse la paloma cuando una gran cantidad de representantes congresionales dejarán su trabajo se inventan muchas cosas y se realizan operativos que más que bien, hacen daño a la imagen de los legisladores y hasta del país.

El Poder Ejecutivo tendrá que tener cuidado a la hora de promulgar las leyes que le lleguen del Congreso Nacional porque su contenido podrá estar imbuido por intereses que sólo leyendo con detenimiento se podrán detectar.

Un Congreso debe trabajar con tiempo y sentido de la realidad legal que envuelve un país complicado como el nuestro donde los intereses pueden más que la realidad.

Cristina Lizardo podrá tener un saldo positivo dentro de su gestión en el Senado, igual podrá haber pasado en la Cámara de Diputado, lo cuestionable es sin embargo es que a poco tiempo de cambiar de mando no se pueden estar aprobando leyes que pudieron haber salido a flote en los cuatro años legislativos que casi terminan-