Por Agustin de la Cruz (Sugar).
La bachata sigue siendo el ritmo dominicano de mayor consumo en el país y el extranjero, posee desde iconos hasta súper estrellas, cuya popularidad y música continúan representando el país ante el mundo.

A pesar de que el 2016 no fue su mejor año, algunos de sus máximos representantes lograron colocar algunos temas en el gusto popular, muy pocos alcanzaron el éxito real, pero en definitiva la bachata mantuvo la primacía sobre los demás ritmos.

El único problema es que ningún género puede generar crecimiento sustentándose en los tradicionales exponentes, se hace obligatoria la llegada de nuevos representantes.
Nuevos exponentes que a través de buenas grabaciones y la promoción correcta, logren conquistar la aprobación del público.
Hemos visto muchos intentos, de proyectos que han logrado saturar la radio a través de grandes inversiones en la promoción, nuevos bachateros cuyos temas ocuparon importantes posiciones en los diferentes reportes de tocadas.

Pero al final, ninguno puede asegurar que logró alcanzar el éxito, ni una aceptación minina del público, su realidad de inversión en nada se asemejó a la realidad de la calle.

Para este recién comenzado 2017, estos nuevos talentos deben reinventarse, creando diferentes estrategias, donde el factor principal deje de ser el ego personal de ser quien más suena por la radio del país..