EL AUTOR es mayor general retirado de

Por: Juan Tomas Taveras Rodriguez

Juan TomasPolicía y periodista. Reside en Santo Domingo

Asumamos con seriedad nuestras indignaciones y hagamos los reclamos de respeto a Loma Miranda y a un medio ambiente sano, provoquemos un eco multiplicador para la cohesión de todas las comunidades en encuentros cívicos y pacíficos de todos los indignados por la violación de nuestros derechos. Participemos sin partidismo, como verdaderos dominicanos.

No más violencia a nuestra nación. No más violencia a nuestro patrimonio. No más violencia a nuestras familias o a cada persona en particular. No más explotación a nuestras montañas y bosques. No más abusos. No más crímenes. No más corrupción. No más impunidades. No más injusticias. No más irrespeto a la Constitución y las leyes. No más contaminación.

No más desorden. No más represión. No más desempleo. No más tolerancia a todos los males. No más engaños. No más pobreza. No más desigualdad. No más politiquería. No más clientelismo. No más manipulación. No más explotación. No más depredación. No más despilfarro. No más basura.

No más incapacidad. No más mentiras. No más hambre. No más prestamos. No más alto costo de la vida. No más aumentos. No más indiferencias ante las epidemias; (Chikungunya, dengue y demás virus y plagas). No más clientelismo. No más paternalismo gubernamental. No más inmediatismo. No más falta de las tres calientes y de las demás necesidades básicas, No más (…)

Muchas personas piensan que el poder está por encima de los derechos, en República Dominicana esto es la cotidianidad. Donde nuestros políticos disfrazan su complicidad con los males sociales, con normalidad y desvergüenza u orgullo. No hay nada más violento que todo esto, que nos muestra evidentemente que el Estado dominicano sobrepasa la violencia propia de los Estados, como el más.

Conforme pasan los años, el poder de los gobiernos se torna cada vez más avasallante haciendo irrelevantes la Constitución y las leyes, así también cualquier ciudadano, autoridad civil, militar o policial, actúa al margen de la ley en perjuicio de los ciudadanos quedando impune.

Así mismo se repiten cada vez más los crímenes en manos del gobierno y demás autoridades o grupos de poder, y nadie se encarga de responsabilizar e impedir que los que ostenta el poder cubran un crimen y no haya consecuencias; lo que ha provocado un reinado de impunidad.

Por otra parte, la mayoría de los medios de comunicación y sus trabajadores de prensa deniegan su rol o esencia y se suman al encubrimiento de todos estos males y en especial al circulo vicioso de violencia que genera o permite el Estado.

Si no asumimos el reclamo de nuestros derechos, seguiremos arrodillados, recordarles que no hay fuerza más poderosa que un pueblo unido por una causa común. ¡Despertemos!

¿Cuál será la naturaleza del los gobiernos,  cuando no existe el temor de rendir cuentas y se oficializa la impunidad?

-La dictadura y violación de derechos para que los ciudadanos teman y se cohíban de actuar y reclamar.-

Urge recuperar el espíritu de lucha para conquistar lo que debería ser o el deber ser, que le aprecien y le protejan a cada persona; sean pobres o ricos, negros o rubios, feos o lindos, Etc..

El modelo de desarrollo económico imperante en el país desde la misma invasión y dominación por las tropas españolas ha sido excluyente, oligárquico en el que solo se benefician los grupos de poder, quienes cada día más extienden la brecha entre ricos (cada vez más ricos) y pobres (cada vez más pobres), impidiendo un desarrollo humano sostenible, integral, sustentable e incluyente.

Las políticas públicas que sobresalen en el sistema político tradicional desde el mismo nacimiento de la república, es el embrutecer la acción colectiva a través del descuido de la  educación y de las responsabilidades sociales en general, que definitivamente nos hace un Estado injusto e ineficiente, débil y fallido con instituciones y autoridades simbólicas e inoperantes; “Un Estado Espectáculo”.

Situación esta que invierten los valores éticos y morales, apostando al deterioro de la esperanza y los sueños sembrados y pendientes de cumplirse legados por nuestros héroes y patriotas.

Hagamos de este desorden una oportunidad para reivindicar los ideales Duartianos y Restauradores con equilibrio de poderes y un verdadero estado de derecho. ¡Despertemos!