CHINA CORRUPCIONMucho se ha escrito sobre la campaña que ha emprendido el gobierno de China para combatir la corrupción. Ahora uno de los principales bancos del mundo le ha puesto un precio a la titánica lucha.

De acuerdo con un informe publicado por el Banco de América Merrill Lynch este mes, el proyecto gubernamental contra la corrupción podría costarle a la economía más de US$100.000 millones este año.

Eso representa una gran actividad económica, una cifra que no se aleja mucho del tamaño de la economía de Bangladesh, que sostiene a unas 150 millones de personas (aunque habría que admitir que no lo hace muy bien).

Muchos de los microefectos de la lucha anticorrupción del presidente chino Xi Jingping han sido muy bien documentados: una desaceleración en el sector de los restaurantes, por ejemplo, y una significativa caída en las ventas de los bienes de lujo.

Durante el último año, en los elegantes centros comerciales y las boutiques de diseñadores de Shanghái –que alguna vez fueron el centro de la generosidad oficial y la entrega de regalos– casi es posible escuchar el sonido de sollozos y el crujir de dientes.

Macroeconomía

Pero el informe del banco estadounidense sugiere que la campaña está teniendo también un efecto macroeconómico importante y preocupante.

Desde inicios del año pasado, asegura la entidad financiera, los depósitos bancarios del gobierno se han disparado a una tasa interanual de hasta casi 30%.

Un centro comercial en PekínEn los últimos años tanto el número de ricos como el poder adquisitivo de la clase media china ha aumentado.

Incluso los funcionarios honestos –sugiere el informe– están aterrorizados de comenzar nuevos proyectos por temor a que sean vistos como corruptos. Ellos están simplemente manteniendo los fondos públicos en el banco.

El costo total a la economía de las prohibiciones al consumo gubernamental y el enfriamiento del gasto administrativo es una reducción estimada en el crecimiento de al menos 0,6% este año.

Pero de acuerdo con el informe, podría llegar a ser tan alto como 1,5%, porcentaje que de acuerdo con mis cálculos muy toscos nos da una cifra de alrededor US$135.000 millones de pérdida de la actividad económica.

Los autores del informe admitieron que sus cálculos son una “aproximación de la estimación de la contracción fiscal”, pero incluso si ellos tienen la mitad de la razón es una cantidad extraordinaria de dinero y resalta algunos de los desafíos que enfrenta el líder anticorrupción, el presidente Xi.

Desde que asumió el cargo hace más de un año, el mandatario ha hecho de la causa anticorrupción un objetivo que lo define. El líder ha advertido que la corrupción y la extravagancia oficiales amenazan la misma supervivencia del Partido Comunista.

A inicios de abril, una noticia no confirmado daba una seductora idea de la seriedad del proyecto del Ejecutivo. Supuestamente, las autoridades chinas se habían apoderado de activos valorados en más de US$14.000 millones que pertenecían a la familia y al círculo de amigos de un solo individuo: Zhou Yongkang, un poderoso exmiembro del Politburó).

Prostitución

Hu JintaoEn 2012, el entonces secretario general del Partido Comunista, Hu Jintao, advirtió que la corrupción podría llevar a la caída del partido.

Desmantelar estructuras de poder de ese tipo conlleva riesgos muy altos, por supuesto.

Otra noticia publicada a inicios de mes sugiere que el expresidente Jiang Zemin le había enviado un mensaje a la actual dirigencia: no permitir que la campaña contra la corrupción se les escape de las manos.

Evan Osnos, en la revista estadounidense The New Yorker, cita al exmiembro del partido Chen Yun diciendo: “Combate la corrupción muy poco y destruye el país; combátela demasiado y destruye el partido”.

El informe del banco estadounidense da una idea clara de cómo la corrupción se ha entrelazado con el crecimiento económico chino.

No es frecuente que se encuentren banqueros discutiendo la importancia macroeconómica de la prostitución, pero ellos lo hacen para dejar constancia de una realidad.

Este año, de acuerdo al informe, la campaña anticorrupción ha acelerado su ritmo y ha tenido como blanco el comercio sexual en docenas de ciudades.

Eso ha tenido un impacto adverso en algunos negocios de la industria de los servicios, señala.

Quizás hoy en día, Chen Yun añadiría una tercera observación a su reflexión sobre la dificultad de balancear la lucha contra la corrupción: no importa el Partido, combatir la corrupción con demasiada fuerza también podría conducir a la destrucción de la economía china.