Por Marino Ramírez Grullón

 

La situación actual que atraviesan la economía y política griega son unas de las más duras de la Europa en crisis.

Ya anteriormente Chipre, Portugal, Finlandia, Irlanda y España atravesaron por crisis que llevaron a varios de esos países de la Unión Europea a buscar el rescate de los fondos económicos establecidos para ayudar a los miembros de esa unidad.

Grecia sin embargo es el miembro de la UE que más ha sufrido los embates de los malos manejos de su economía y de los abusos del estado de bienestar del que han disfrutado los europeos por muchos años originando la situación que se presenta ahora.

La antigua tragedia griega que se refería al teatro de Dionisio se originó en el  siglo V antes de Cristo, Aristóteles y Sócrates fueron creadores de este modo de hacer comedia que luego con el tiempo forma parte integral de las sociedades modernas.

La tragedia griega moderna se refiere a la gran deuda que ha acumulado ese país y que no está en posibilidad de pagar de tal manera que su dimitente primer ministro Alexis Tsipras con las promesas de no pagar un solo centavo llego al poder en enero de este año, pero tuvo que aceptar los rescates de la UE porque los compromisos son compromisos.

Lo que ha sucedido es que aunque quisiera el Estado griego como plantean muchos, es muy difícil salir del Euro ya que volver al Dracma anterior moneda de curso legal en Grecia le acarrearía perder mercados y competir en desigualdad de condiciones en un mundo globalizado.

Es una gran disyuntiva en la que se ha visto Tsipras quien de muy joven fue antisistema y parecido más bien a un revolucionario de los tiempos modernos quien llegó al poder quizás con los mejores deseos pero amarrado al pasado y presente griego que tienen que ver la economía global ya difícil de abandonar.

Probablemente Tsipras vuelva a ganar las elecciones en septiembre próximo, los conservadores quienes se han manejado tan torpemente no logran formar gobierno ni en alianzas, por lo que ante una situación así y aunque el primer ministro dimitente no han cumplido con sus promesas electorales, bien podría volver a ganar de nuevo.

El pleito está echado y Grecia no tiene vuelta atrás en cuanto a seguir viviendo de los rescates de la Unión Europea y sus instituciones financieras lo que no puede ser cierto es si esa nación en quiebra pueda cumplir con sus compromisos de deuda en los próximos años.