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La Revolución Educativa, impulsada por el gobierno de Danilo Medina, continúa impactando de manera positiva la vida de estudiantes, padres, suplidores, maestros, trabajadores e ingenieros dominicanos.

 

Ariel De Castro levantó en dos años la escuela Pedro Henríquez Ureña, en El Almendro de Villa Mella, luego de ganar uno de los sorteos de construcción de escuelas del Estado.

 

De Castro, creyó, participó y ganó una licitación por 68 millones de pesos en la misma rifa en la que apostaban a la suerte otros 3 mil ingenieros.

 

El sorteo de contratos para la construcción de escuelas es parte de la política de democratización asumida por el presidente de la Republica, a través de la que se ha logrado cambiar favorablemente la vida de cientos de profesionales de la construcción.

 

La Revolución Educativa ha tomado de la mano a la suerte, para lograr en una combinación nunca antes experimentada por los dominicanos, hacer realidad el deseo de las personas que siempre anhelaron construir para el Estado, que es igual que para ellos mismos.

 

“La otra era muy chiquita, comparándose a esta”. Los niños, quienes a partir de ahora disfrutarán del nuevo centro educativo y estudiarán en un ambiente más afable, no pueden disimular la emoción que les embarga y, de repente surge entre sonrisas la comparación “La otra era muy chiquita, comparándose a esta”.

 

La información fue dada a conocer hoy por la Dirección General de Comunicación en el video titulado: La otra era muy chiquita (historia de la Revolución Educativa).