15925723635_09cd15cdbd_kSANTO DOMINGO, RD.-No se la regalaron. Consiguió su casa trabajando. Con (mucho) sudor de su frente. Víctor es uno de los empleados del molino de la Cooperativa de Procesadores de Harina (Coopharina) en Manoguayabo, Santo Domingo.

El aumento y democratización del gasto público en Educación ha significado una enorme oportunidad de crecimiento y prosperidad para las mipymes.

Un millón cuatrocientos mil estudiantes desayunan en las escuelas públicas y seiscientos mil almuerzan ahora. Antes de que termine el año escolar cerca de novecientos mil niños, niñas y adolescentes tendrán su comida segura al mediodía.

Uniformes, zapatos, mochilas se entregan gratis. La construcción de miles de aulas y escuelas se hace por sorteo sin compinches ni preferencias políticas. Con absoluta transparencia y veeduría social.

Las ventas de Coopharina andan este año por los 1,197 millones de pesos. Cuatro puntos de distribución, Capital, Santiago, San Francisco de Macorís y Manoguayabo. Suplen a las panaderías.

Este fantástico crecimiento de su actividad productiva desde que se dispararon sus ventas (tienen que producir más porque están vendiendo más) ha obligado a la Coopharina a contratar más empleados.

Se benefician de  la situación virtuosa que resulta cuando se democratiza la economía: A mayor demanda, más producción, más empleos, más ganancias, más reinversión en mejores máquinas y mejores condiciones laborales para los empleados.

Junior quería tanto trabajar sin tener dónde, que todas las mañanas, durante dos meses, estuvo haciendo yuca a la entrada del molino de Coopharina hasta que Andrés, el administrador, (cansado o no de verlo) lo recompensó con un puesto de trabajo.

Juan, Bienvenido, Norjenys, Julio y César trabajan también en el molino. Mantienen a sus familias. Ayudan a sus padres y hermanos. Les gusta trabajar.

Víctor tiene aproximadamente dos años trabajando en la cooperativa y ya tiene casa propia. Consiguió su casa.

Preguntamos a Juan y nos dice, con enorme orgullo, que todo lo que tiene se lo debe al trabajo. A su trabajo.