El presidente Danilo Medina tendrá que emplear mañana todos sus recursos para responder el clamor nacional contra la corrupción y la impunidad, con gran descreimiento  en las instituciones, compelido a fijar posición sobre  los sobornos de Odebrecht, que le tocan de cerca por su asesor político Joao Santana y las plantas de  Punta Catalina.

Le resultará difícil dilucidar a fondo los retos provenientes de Brasil y Estados Unidos, como los aviones Tucanos y OISOE, pendiente de conocerse información sobre la corrupción dominicana, pero deberá anuncias acciones contundentes como destituciones y sometimientos judiciales en escándalos como OISOE, CORDE y CEA.

El informe más difícil

En sus anteriores informes anuales ante la Asamblea Nacional el presidente Medina navegó con vientos favorables, con alta aprobación, ya denunciando los déficits fiscales como herencia, enfrentando el leonino contrato que tenía la Barrick Gold sobre el oro de Cotuí, o reivindicando la revocación de la estafa con los terrenos de Bahía de las Aguilas.

Por primera vez en cinco ocasiones, Medina afronta el informe de gestión con su popularidad en caída de doble dígito, y un movimiento social que ha removido la conciencia ciudadana frente a la corrupción y la impunidad, que esta semana documentó con  más de 312 mil firmas el respaldo a una investigación con fiscales  independientes que permita sancionar los confesados sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, y las evidentes  sobrevaluaciones de obras, que afectan su gobierno y partido.

La consternación nacional es tan grande que ha superado la capacidad de manipulación de la inmensa red de comunicadores que en los medios formales y en las redes sociales paga el gobierno y su enorme gasto en publicidad política. La convicción general es que la corrupción y su correlato de impunidad llegaron a niveles de saturación en los más diversos sectores sociales, empresariales, religiosos y en forjadores de opinión.

La coyuntura es también difícil en el ámbito económico-social, pese al alto crecimiento del año pasado,  porque el gobierno no dispone de recursos para concluir importantes obras, como el metro y la remodelación de 50 hospitales, para cubrir las precariedades de la universidad estatal, ni para atender un creciente clamor salarial en el Estado o para alentar un significativo incremento de sueldos en el sector privado que “derrame” el pregonado crecimiento. En agosto 2014 Medina dijo que nadie podía vivir con sueldo de 10 mil pesos, pero el 20% de los empleados públicos y el 90% de los pensionados gana 5 mil 117 pesos, y el salario mínimo nacional promedia 9 mil pesos..

El escándalo Odebrecht

El mayor desafío de Medina lo constituye el escándalo internacional de los sobornos confesados por Odebrecht en una docena de países, que en términos proporcionales lidera la República Dominicana: 92 millones de dólares de soborno por contratos que arrojaron beneficios por 163 millones de dólares, y con sobrecostos de hasta cien por ciento, pendientes de evaluar.

De las 17 obras contratadas con la Odebrecht en sólo dos intervino el gobierno perredeista de Hipólito Mejía, el acueducto de la línea noroeste, y la presa de Pinalito. Las otras 15 corresponden a los gobiernos peledeístas de Leonel Fernández y Danilo Medina, incluyendo la de mayor costo, las plantas de carbón de Punta Catalina, en cuya negociación se involucró el propio mandatario.

El presidente aspiraba a que la comisión que conformó para evaluar la contratación de las plantas eléctricas le emitiera un certificado de no objeción en que ampararse para su informe de mañana, pero no fue posible por las opacidades y conflictos generados desde que el mandatario anuló una licitación que había iniciado su antecesor para abrir otra que a juicio de muchos fue hecha a la medida de la Odebrecht, tras dos viajes de Medina al Brasil

El otro conflicto del presidente  es la asesoría de Joao Santana en sus dos exitosas campañas electorales, preso y condenado en Brasil por la trama de financiamiento ilegal a campañas electorales tanto de Petrobras como de Odebretch, quien  tuvo que dejar la asesoría a Medina  hace un año, el 22 de febrero, requerido y apresado por la justicia brasileña que ya lo condenó, junto a su esposa, a 8 años de prisión.

Las mayores dificultades

De todos los países involucrados en el escándalo Odebrech, el único presidente que ha guardado silencio es el dominicano. Tal vez esperando ver dónde llegan las delaciones. El ministerio público brasileño se comprometió con Odebrecht a no revelar los nombres de los sobornados  en un plazo que vence en junio. Y no habrá razones para que persigan a todos los brasileños sobornados, y a los altos empresarios corruptores de  su país, y no lo hagan con los extranjeros. Esta semana el fiscal del área internacional, Vladimir Aras, dijo a la Agencia Francesa de Prensa que habrá nuevas revelaciones, mayormente en América Latina, donde las empresas brasileñas hicieron grandes obras, y que las ramificaciones internacionales seguirán, aún después que haya concluido la investigación en Brasil.

El presidente podrá obviar el caso de Punta Catalina, amparado en que espera las conclusiones de su cuestionada comisión, pero debería documentar la contratación y el pago del asesor Santana. Pero estará cuesta arriba, ya que los ejecutivos de Odebrecht han confesado ante la justicia de Estados Unidos y Brasil, que montaron un esquema de sobornos para contratar obras, que incluyó el financiamiento y asesoramiento de campañas electorales. Es difícil sostener y creer que eso no ocurrió en el segundo país, fuera de Brasil, que más sobornos recibió.

La otra dificultad es justificar  el bein rechazado “acuerdo confidencial”  pactado por su Procurador General Alain Rodríguez con la Odebrecht, pendiente de ser avalado por un juez, por el cual ya se recibió un adelanto de 30 millones de dólares, que parece otro soborno, al ignorar  los 163 millones de dólares que la constructora confesó haber derivado de la corrupción y sin investigar las sobrevaluaciones. Los partidos de oposición intimaron el viernes a la Directora de Contrataciones Públicas a que aplique su ley orgánica sancionando la corrupción con la cancelación de los contratos y la inhabilitación permanente de Odebrecht, como se ha hecho en varios países afectados.

Caerán algunas cabezas

En círculos vinculados al gobierno y su partido se baraja la decisión de procesar a varios de los ya públicamente vinculados a los últimos escándalos de corrupción,  no sólo de Odebrecht, sino también de los aviones Tucano, de las sobrevaluaciones y la extorsión en la OISOE, de la Corporación de Empresas Estatales y del Consejo Estatal del Azúcar, como ofrenda a las tribunas nacionales que exigen “el fin de la impunidad”. El presidente podría adelantar algunos decretos como el que disolvió la CORDE.

El Procurador dijo esta semana que tiene “pruebas contundentes”  sobre el soborno de Los Tucano  por 3.5 millones de dólares  denunciado en Estados Unidos en septiembre. y admitido por la empresa vendedora, la también brasileña Embraer. Pero no ha procesado a nadie. La comisión que investigó las ventas de terrenos del CEA que habría originado el asesinato de dos comentaristas radiofónicos en Macorís, no tuvo tiempo para entregar su informe antes del discurso. Se asume que se referirá sólo al caso específico, no a todo el tráfico de las tierras y ganado del CEA, escandaloso desde hace años y que determinó un decreto de septiembre que creó una comisión evaluadora presidida por el dirigente peledeísta Bautista Rojas, la que seis meses después no ha concluido nada.

El presidente pudiera dar alguna satisfacción al requerimiento avalado por 312 mil ciudadanos, proponiendo el fiscal especial o una comisión de notables que vigile las investigaciones del escándalo Odebrecht, renovar su inoperante Comisión de Etica  y disponer alguna otra medida para tratar de frenar  la ola ciudadana contra la impunidad.

Los problemas de fondo

El laborioso economista y dirigente político Guillermo Caram presentó una veintena de sugerencias sobre lo que debería abordar el presidente Medina en su informe anual, especialmente dirigidas a los problemas de fondo en materia económica, fiscal y financiera, con énfasis en las recomendaciones de la misión del Fondo Monetario Internacional que visitó el país a mediados del mes. Se refiere a la necesidad del pacto fiscal por  la sostenibilidad, a la disciplina fiscal para  reducción de los déficits y el endeudamiento. También a la recomendación de fortalecer las instituciones y  la gobernabilidad.

Descartado el pacto fiscal, lo que reiteraron esta semana dos altos funcionarios, el gobierno estará en el dilema de cómo lograr los recursos necesarios para las grandes demandas económicas y sociales pendientes, y para reducir la dependencia del endeudamiento.  El dirigente peledeísa Franklin Almeyda concretó la disyuntiva: cobrarle el costo a los pobres o a los ricos. ¿Por quién se decantará el presidente Medina, o podrá seguir endeudando aceleradamente el país?  Los sondeos arrojan pocas expectativas.-