Por Ramón Mercedes
 
FBINueva York.- En su reporte anual de “crímenes de odio 2014”, el Buró Federal de Investigación (FBI) documentó un total general de 5,928 crímenes de odio, incluidos aquellos por raza, orientación sexual, religión o etnicidad, entre otros, aunque los hispanos no están considerados en la categoría racial sino en la étnica, pues los latinos pueden ser lo mismo caucásicos o mestizos.
En 2013, las ofensas raciales fueron las más numerosas, con un total de 3,407 víctimas, un 66.4% de las cuales fueron contra afro americanos; 21.4% contra blancos; 4.6% contra asiáticos y 4.3% contra indios americanos.
Los incidentes individuales involucraron a 7,230 víctimas, según los registros de 1,826 corporaciones policiales de Estados Unidos. La cifra global de crímenes de odio reportados a las autoridades en 2013 fue superior a los del 2012.
El presidente estadounidense Barack Obama suscribió en 2009 la Ley de “Prevención de Crímenes de Odio Matthew Shepard y James Byrd, Jr.”, que ha sido aplaudida por activistas como una herramienta más apropiada para llevar justicia a las víctimas de crímenes de odio.
Bajo la nueva legislación, el Departamento de Justicia investiga ese tipo de crímenes y tiene jurisdicción para procesar casos cuando las leyes locales o estatales son inadecuadas o las autoridades locales no quieren actuar.
La ley lleva el nombre de dos víctimas de delitos de crímenes de odio en los Estados Unidos, Matthew Shepard Jr. un joven estudiante que fue torturado y asesinado en 1998 cerca de Laramie (Wyoming) por ser gay. Sus asesinos no fueron acusados de un delito de odio porque en aquella época la ley de delitos de odio en este estado no cubría los ataques a los homosexuales.
Mientras que James Byrd era un hombre negro que fue atado a un camión, arrastrado y decapitado por dos supremacistas blancos en Jasper (Texas) en 1998. En Texas en aquella época tampoco había una ley contra delitos de odio. Dichos asesinatos y posteriores juicios, que despertaron la atención nacional e internacional, abrieron el debate para reformar la legislación contra los delitos de odio en los Estados Unidos, tanto a nivel estatal como federal.
En los últimos meses varios estados de la nación Norteamérica se han visto sacudidos por protestas y actos de violencia callejeras (destrucción, saqueos, e incendios de propiedades), donde han participado cientos de miles de personas protestando por las muertes de varias personas afroamericana a manos de policías blancos que han sido descargados.