A propósito de la nueva designación del General Juan Gerónimo Brown Pérez, como director de la Autoridad Metropolitana de Transporte, AMET, a quien felicitamos y auguramos éxitos.
Es de rigor resaltar que dicha institución cuenta con limitado presupuesto, precarias herramientas, pocos vehículos muy deteriorados y escaso personal en relación con el requerimiento de la población, apenas 2,800 miembros, donde casi la mitad ocupa puestos administrativos, la mayoría de ellos innecesarios y parte de la burocracia clientelar politiquera.
Serán difíciles los retos frente a las grandes debilidades y deficiencia que hoy presenta esta descalabrada institución. Parte de estos retos es llenar el vacío de gerencia, profesionalidad y transparencia que espero hasta hoy prevalezcan en este tan defectuoso organismo de servicio vial.
Lo primero a realizar es una auditoría de personal, de las propiedades en general y de las finanzas. Al mismo tiempo urge una organización general a través de la depuración, selección, evaluación, clasificación, distribución de los recursos humanos y las diferentes dependencias con la revisión del organigrama.
Siguiendo con la planificación del presupuesto, transparentarlo y distribuirlo con racionalidad y austeridad. A estas iniciativas se le suma la revisión de salarios y especialísmos o sobre sueldos, los cuales en su mayoría no son asignados con equidad y valoración de meritos transparentes.
Ni autoridades ni ciudadanos sabemos conducirnos con respeto y urbanidad frente al orden social y el estado de derecho. No Tenemos cultura de respeto a las normas, nos comportamos como una sociedad incivilizada. Y el principal ejemplo de ello lo es precisamente el desorden o violencia vial, el cual ocupa las más altas estadísticas de América en accidentes con víctimas fatales, con lesiones permanentes y pérdidas materiales incalculables.
Por otro lado cabe destacar la inseguridad en las carreteras, siendo esta amenaza una de las más graves preocupaciones de conductores nacionales como de turistas.
Urge satisfacer la carencia de un sistema de gestión preventivo, facilitador y viabilizador del tránsito con seguridad y orden que recupere la confianza y conquiste la cooperación de la ciudadanía.
En este mismo orden apremia la implementación de procedimientos modernos en el manejo de información y análisis estadístico, uso de la accidentología con mapeos de los accidentes, principales zonas de entaponamientos, etc.
Debemos agregar que se necesita mejor el atrasado modelo de relaciones públicas, el cual es importante eficientizar para la orientación, la educación ciudadana y así mejorar la interrelación de todos los sectores involucrados.
“Cada año MUEREN más de 2,000 personas en los accidentes de tránsito. No seas parte de las estadísticas”.
Se ha demostrado que más del 86% de los accidentes de tránsito son causados por errores humanos. Los accidentes de tránsito son un problema muy fácil de evitar o resolver, solo se necesitan disposición y actitud para cumplir las normas y medidas de prevención logradas con educación y seguridad en todas las vías.
En nuestro país tenemos más de 11 instituciones con incidencia en el tránsito tales como: La Policía Nacional, AMET, Tránsito Terrestre, la Oficina Técnica de Transporte, entre otras; por lo que es necesario la integración y consenso de todas éstas instituciones involucradas y los demás sectores sociales, especialmente los transportista, para que juntos trabajemos por tener paz y seguridad en las vías.
En esta situación el mayor reto para el General Brown es conquistar con gerencia y liderazgo la integración y sinergia de todos estos sectores en favor de la educación y seguridad vial. También recordarle que la misión principal de AMET es la prevención y aplicación de la ley de tránsito en pos de la seguridad vial y no de recaudar o reprimir.
La reforma actual de la PN incluye a AMET como dependencia policial, en tal sentido afirmo que la mejor reforma comienza con salarios dignos y presupuesto suficiente.
Pero en lo que llega esa conquista es posible mejorar el trato humano, estricta depuración de cada miembro y distribuir equitativamente con transparencia de los recursos existentes. Incluyendo firme regulación de las 8 horas laborables establecidas.
EL AUTOR es mayor general retirado de la Policía y periodista. Reside en Santo Domingo.