15550363585_8770deba7d_kGiovanny García y Arelis Pérez son marido y mujer. En común, también una empresa. Son alfareros de La Vega. Banca Solidaria les salvó el negocio con un préstamo al 1% mensual. “Los usureros le dan a uno en la madre”, recuerda ella aliviada.

Los 50,000 pesos que les prestó Banca Solidaria tuvieron un efecto mágico: produjeron más y ganaron más.

Pudieron comprar un torno, hicieron un horno más grande, compraron una camioneta (usada) y también el terreno donde tienen el taller. Están liados todavía. Deben sí, pero van más ligeros.

Tienen clientes en la capital y en Higüey, cuenta Arelis.

De barro, se jacta humildemente Giovanny, yo sé un poco.

Para ambos, no hay nada como Banca Solidaria. En el mundo.