Atentados terroristas como los de París, Niza, Berlín o Estambul, dirigidos contra la población civil, han obligado a las autoridades a redoblar esfuerzos para garantizar la seguridad de los ciudadanos, entre ellos los centenares de miles de niños que acudirán al desfile para ver a Melchor, Gaspar y Baltasar, los Reyes Magos de Oriente.

La prohibición de que circulen vehículos de más de 3.500 kilos y la colocación en determinados cruces de obstáculos como bolardos, marmolillos o grandes maceteros son algunas de las medidas para evitar cualquier irrupción violenta en el recorrido de las cabalgatas.

La Policía de Madrid comprobará la documentación de los conductores de las muchas carrozas que desfilarán por las grandes avenidas para comprobar que no tienen antecedentes penales.

También está previsto aumentar los controles de alcoholemia a todo automóvil que circule en o por la zona de los festejos.

Los ayuntamientos de Barcelona y de Hospitalet -la segunda ciudad más poblada de Cataluña (nordeste de España)- activarán planes de emergencia similares a los de la capital.

Más de 100.000 efectivos velarán por la seguridad de las tradicionales cabalgatas, que se celebran todos los años la víspera del Día de Reyes y a las que asisten padres e hijos para que éstos vean a esos Reyes que, durante la madrugada del día 6, repartirán regalos en todos los hogares del país.

Fuentes del ministerio del Interior han confirmado a Efe que España continúa en el nivel 4 de alerta antiterrorista y que tras el atentado de diciembre en Berlín se recomendó a los ayuntamientos reforzar la seguridad en los grandes eventos.

Además de la Policía nacional, en las calles se verán agentes municipales y numerosos miembros de los servicios de Salud y Protección Civil.

Madrid y Barcelona aparte, parecidas medidas de control se han tomado en otras importantes ciudades españolas, como Valencia (este), Toledo y Valladolid (centro) o Vigo (noroeste).

En algún municipio de Cataluña, la cabalgata se celebra en medio de una agria discusión política, toda vez que algunas organizaciones partidarias de la independencia han querido marcar el tradicional festejo infantil con símbolos secesionistas, como unos farolillos en los que figura una bandera independentista. EFE